En Durán, un pueblito muy pequeño
que existe de La Habana en los contornos,
tres cerdos se comieron los adornos
de un pino navideño.
Para lo que han quedado
los navideños pinos:
¡para que se los coman los cochinos¡
¡Menos mal que a mí nunca me han gustado¡
Un ratero -o tal vez una ratera-
cargó con los cepillos de Valera,
motivo por el cual
hasta ha llorado el párroco local.
¡Si así siente ese cura los cepillos,
cómo los sentirán los monaguillos¡
Un niño colombiano,
de quien la prensa dijo
que era de sus papás el quinto hijo,
nació con un realito en una mano.
Vaya, pues, yo me alegro:
¡el quinto les salió con reintegro¡
Afirma un escritor que el pueblo chino
no come casi nunca con comino.
Lo que viene a probarnos que el comino
se le importa un comino al púeblo chino.
A un indio del Perú, ya en su vejez,
le salieron los dientes otra vez.
Falta ahora saber
si también va salirle qué comer.
Un señor, por coger una peseta,
fue arrollado por una bicicleta,
Si en vez de una peseta es un "marrón",
lo arrolla, por lo menos un camión.
Como una maravilla
los alemanes dan
la noticia de un químico alemán
que descrubrió una nueva mantequilla.
En cambio en Venezuela a cada rato
estamos descubriendo un nuevo queso
y excepto algún purista mentecato;
¡nadie se ocupa de eso¡
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