Juan Vicente Torrealba, el "gran arpista"
parece que es también latifundista
y que de una a la otra actividad
pasa con mayor comodidad.
Muy dulce con el arpa, sin embargo,
tiene un hato llamado Banco Largo
donde haciéndole cosas a la gente
no hay quien le dé lo vuelto a Juan Vicente.
Pues donde Juan Vicente pone el ojo
llega inmediatamente al desalojo.
¡Qué doctor tan amargo¡
Campesino que encuentra en Banco Largo,
le forma un zafarrancho,
lo manda a detener, le quema el rancho
y para amenizar la quemazón
toca el arpa, lo mismo que Nerón.
¡Quién nos iba a decir que ese sujeto
que se muestra más bien como un mampleto
con ese corotero que se pone
para cantar las rumbas que compone
-sobre todo con esa sobrecama
que por sobre los hombros se encarama
cuando regaña a la mujer querida
porque no quiso ser su consentida
¿quién nos iba a decir, vuelvo y repito,
que tras esa expresión de motolito
y esas botas de gaucho
que parecen de caucho,
con que ha hecho carrera Juan Vicente,
se ocultara un feroz terrateniente
que a fuerza de machete y de garrote
tiene el Guárico a salto de mgote?
Acaso la intención de Juan Vicente
en el caso presente
fuera probar con estos desalojos
que todos los productos de su mente
no son siempre tan falsos ni tan flojos
como dice la gente.
Pues quien por esos campos y caminos
se encuentre ese montón de campesinos
que ha obligado a salir de Banco Largo,
tendrá aunque le resulte muy amargo
que admitir sin ninguna mezquindad
¡Esos sí son corridos de verdad¡
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